PDF Imprimir

¿Qué salisteís a ver al desiero? ¿Una caña sacudida por el viento? o ¿a un profeta?

Preguntó Jesús a los que estaban allí con él. Pues bien, nosotros ¿cómo podemos responder a estas preguntas, quando hombres vehementes cuyo verbo aguijoneante, como Turoldo nos hacen las mismas preguntas? La respuesta es un silencio empachado, descompuesto, vacío. Rechazamos o nos alejamos de los hombres que excavan en la psique humana con su modo tempestuoso de hablar. Es una voz que destruye ese mundo de vanidad que otorga una felicidad efímera, una satisfacción corporal momentánea que se disuelve en un absurdo diario vivir. Padre Turoldo iconoclasta, jamás dejó la resistencia que bien conocía, siempre en la trinchera armado de poesía.

Ustedes ¿qué dicen de Turoldo? ¿Era un hombre enjado, un poeta, un sacerdote?, algunos dicen que era un profeta.

Dim lights