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Ai confini di Dio

 

“Yo, que por vocación, debo estar en el corazón del mundo, estoy fuera de el, arrancada. Como un desertor, o como uno que está de acuerdo con el juego de la buena conciencia” Con estas palabras, una monja católica escribe a Fausto Marinetti. Sus libros nos entregan el mensaje de las poblaciones del

Maranhão en Amazonia, Fausto entra en el corazón de la pregunta que la gente le dirige, no con palabras, más bien con la vida, con el silencio pesado como peñascos prehistóricos. ¿Cuánto dista el sufrimiento de estos hombres, de esta jungla, de esta agua, de la conciencia afligida de la monja?

 

 



 

 

 

 

Es saludable y signo de vitalidad, tener siempre la conciencia despierta, y en este libro que presentamos, la conciencia de Don Zeno está sacudida por el desafío de la fe que le empuja a ir más allá de su debilidad. En efecto él no quiso ser un funcionario del culto y que la piedad no tiene nada que ver con los santurrones. Este hombre coherente, vivió hasta el final con los

últimos.