Jueces y dictadores, los pueblos piden justicia PDF Imprimir
Escrito por Hugo Campos   

La razón de las madres de plaza de mayo está de pie, y no hay remedio que alivie el dolor de los familiares de los hombres y mujeres desaparecidos o asesinados en Guatemala. En esta díficil situación, mencionamos el homenaje que recientemente rindieron los poetas españoles Raquel Lanseros y Fernando Granados, a los jesuitas  y mujeres asesinados en 1989 en la Universidad José Simeón Cañas. El deseo de justicia del mundo hispano es evidente, y se extiende a los países del Caribe generalmente  conocidos por el turismo y las inundaciones, nos referimos a Haiti, allí el juez Carves Jean plantea un proceso contra el ex dictador haitiano Jean Caude Duvalier. La protesta de los familiares de las víctimas y de Human Rights Watch es inmediata,  quando se sabe que el dictador apodado “baby doc” será procesado sólo por corrupción. El juez no tiene en cuenta los innumerables crimenes cometidos por los “tonton maucute” y sostiene además, que los crimines de lesa humanidad han caído en precripción. Una vez más nos preguntamos, ¿quién determina la prescipción de los crimines? Hay que decir  que en alunos países, las multas no caen en prescripción,  los hechos delictuosos si. Delante de lo que sale del pensamiento de los administradores de la ley, en estos días  ¿qué dice la Comisión  de Derechos Humanos de la Onu? Los dictadores pertenecen a la misma camada, y saben como caminar por los recovecos de las leyes, y no les importa la opinión de la gente de los países ricos o pobres, con respecto a la justicia. Una vez terminado el mandato, iran a vivir en paz, no importa donde, a menos que un valiente cazador no los ponga en el banquillo de los acusados. Mucho se ha escrito y hablado sobre la figura del dictador, porque es un personaje que se recicla y se encarna por doquier. Las acciones de estos hombres, son monstruosas, sostiene Hannah Arendt, pero quien las ejecuta, es un individuo normal, ni monstruoso, ni demoniaco. En efecto, quando  los ex omnipotentes terminan su período de maldad, aparecen como comunes mortales que necesitan curas y atenciones, por ejemplo Pinochet y Noriega, y sus partidarios circulan abatidos buscando un lugar donde esconderse. Hoy la memoria de los familiares de los desaparecidos y asesinados pide justicia.

 


Hugo Campos