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Es la vida misma que nos debe interesar, y no son las prediciones mayas que nos asustan, lo que nos atemoriza es lo que hacemos, el planeta lo estamos destruyendo nosotros.
Considerando el recalentamiento global, el cambio de la temperatura terrestre proviene de la variación normal del clima.

Hay que agregar a ello, la acción artificial de la civilización humana. Es el ejercicio del llamado hombre  civilizado, que también incide en la atmósfera porque aumenta el CO2 y el metano. Los científicos sostienen que el incremento de este último gas, provoque la alteración de la temperatura de la tierra. La información científica es importante, pero es más importante darnos cuenta de lo que vivimos y experimentamos por nosotros mismos. El deshielo de los glaciares en las montañas y los témpanos en los polos, pone en peligro el habitat natural de los hombres y animales
Hay que decir también, que la deforestación de extensas áreas del planeta incide en el aumento del efecto invernadero. La mala salud de los habitantes de las grandes ciudades, evidencia el efecto diario de la contaminación atmósferica. El estado de salud del planeta nos concierne más de lo que nosotros pensamos. In efecto, Doha, capital de Qatar, en estos dias ha sido la sede de la 18 conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que terminó este ocho de diciembre. Ahí se decidió que el protocolo de Kyoto se prolongará hasta el 2020. El primer ministro de Qatar Abdullah bin Hamad Al Attiyah ha subrayado que el protocolo actualizado entre en vigor en 2013. En esta reunión casi 200 países expusieron un plan de trabajo para enfrentar el problema del recalentamiento global hasta el 2020.
Además, la conferencia reveló de manera preocupante que los esfuerzos de la comunidad internacional hasta hoy, no han conseguido parar la emisión de gases preovenientes de los más distintos sectores de la actual sociedad humana. Así pues, la situación climática hoy pesa mucho.
Hugo Campos